Las creencias limitantes son aquellas que podemos identificar como verdades personales e inamovibles que han sido aprendidas a lo largo de nuestra vida. Existen las creencias limitantes heredadas y adquiridas, que cómo su nombre lo indica, las primeras las recibimos o aprendimos en nuestra infancia tanto por el lenguaje verbal como el ejemplo dado por nuestros padres o educadores y la segunda es creada por los sucesos o experiencias personales. Es decir, si tuviste una mala experiencia en tu relación de pareja, quizá te quede el miedo de abrirte a una nueva relación.
Las creencias se vuelven limitantes cuando las convertimos en decretos insustituibles.
A lo largo de nuestra vida vamos acumulando o “comprando” creencias que nos estimulan o nos limitan a realizar lo que realmente queremos, convirtiendo estas creencias limitantes en miedos paralizantes.
Tener creencias limitantes nos causa alto grado de estrés, irritabilidad, cambios de humor y frustración que a la larga produce problemas de salud, ya que nuestro panorama se enfoca más en lo que no podemos que en lo que si somos capaces.
¿Cómo trabajar las creencias limitantes?
- Lo primero es identificar los miedos que tengo sobre situaciones en particular y definir cuál es mi creencia y que la generó.
- Ejemplo: quiero estudiar una carrera, pero no lo hago porque tengo la creencia de que no soy buen estudiante, esto me lo dijeron muchas veces mis maestros. Reconozco mis capacidades, mi actitud y mi decisión y con esto minimizo mi creencia limitante.
- Valórate, respétate y ámate desde tu enfoque personal y no desde el enfoque de los demás, toma en cuenta que una creencia es algo aprendido, pero no una ley que no puedas modificar.
- Identifica tu lenguaje personal y has una lista de todas aquellas creencias que tienes de ti mismo: recuerda que pueden ser limitantes y potenciadoras.
- Ejemplos de creencias limitantes: soy muy mala para las ventas, no tengo suerte en el amor, todos los hombres o las mujeres son iguales, soy muy vieja para emprender un proyecto nuevo, etc.
- Comienza a cambiar de manera consciente tus creencias limitantes haciéndolo desde un lenguaje más amable, bondadoso y de crecimiento constante y el resultado será que incrementarán tus creencias positivas y se reducirán tus miedos.
- Ejemplos: estoy abierta(o) al aprendizaje constante que me permita crecer, merezco todo el amor del mundo, me rodeo de personas buenas y amorosas, etc.
Recuerda que la vida esta llena de aprendizajes que en ocasiones vienen disfrazados de fracasos, pero todo es crecimiento personal. Enlista y concientiza tus miedos y creencias, es tiempo de sacudirte lo que no te aporta para generar cambios significativos.
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Gloria Villalobos Corral
Licenciada en Psicología Clínica
Terapia Cognitivo conductual y de Programación neurolingüística
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